jueves, 16 de enero de 2014

Día tres

De nuevo agujetas. Espero que mis piernas de acostumbren pronto. Para darles un pequeño respiro, hoy he optado por seguir los caminos en lugar de atajar por las jaras, como está siendo mi costumbre. Pero la cosa no ha durado mucho, ya que en el viaje de vuelta me he dedicado a trepar tantas rocas como me ha sido posible.

Hoy, en comparación con los dos anteriores, ha sido considerablemente menos intenso, aunque no por ello menos revelador. Las bondades de meditar cerca de un rio, intuyo que no serán desconocidas para la mayoría de las personas. Es curioso como algo tan simple como el agua fluyendo puede crearnos tantas sensaciones, como si algo, una parte más primigenia de nosotros mismo despertara. Las religiones ancestrales relacionaban el agua con los sentimientos, y desde luego para mí, no parece una atribución arbitraria.

Después de comer el día se ha puesto un tanto feo, de modo que he optado por quedarme en el móvil y dibujar un poco. Los escasos 10 minutos diarios de internet que el camping me deja utilizar se han mostrado bastante convenientes, ya que me dan el tiempo justo para actualizar el diario y decir a mi familia y amigos que todo va bien y evitan que me distraiga curioseando por la red.


Me siento un poco tonto escribiendo estas líneas a diario, pero dado que me ayudan reflexionar, creo que seguiré escribiéndolas.






0 comentarios:

Publicar un comentario